jueves, 23 de abril de 2009


Mira… en mi opinión, lo mejor que puedes hacer es buscar a una persona que te quiera exactamente tal y como eres.De buen humor, de mal humor, fea, guapa, atractiva… como sea, la persona ideal seguirá perdiendo el culo por ti.


Esa es la clase de persona que merece la pena.


Juno.

martes, 21 de abril de 2009

No intentes enterrar el dolor: se extenderá a través de la tierra, bajo tus pies; se filtrará en el agua que hayas de beber y te envenenará la sangre. Las heridas se cierran, pero siempre quedan cicatrices más o menos visibles que volverán a molestar cuando cambie el tiempo, recordándote en la piel su existencia, y con ella el golpe que las originó. Y el recuerdo del golpe afectará a decisiones futuras, creará miedos inútiles y tristezas arrastradas, y tú crecerás como una criatura apagada y cobarde. ¿Para qué intentar huir y dejar atrás la ciudad donde caíste? ¿Por la vana esperanza de que en otro lugar, en un clima más benigno, ya no te dolerán las cicatrices y beberás un agua más limpia? A tu alrededor se alzarán las mismas ruinas de tu vida, porque allá donde vayas llevarás a la ciudad contigo. No hay tierra nueva ni mar nuevo, la vida que has malogrado malograda queda en cualquier parte del mundo.

La angustia, un buque fantasma, se iba hundiendo lentamente en el tiempo cenagoso; aquella angustia ante lo borrado, lo perdido, que se iba posando dentro, como una lluvia interior. En un intento de acallarla me impuse un programa de estudios espartano, y mi rutina diaria transcurría entre una universidad de paredes de piedra cubiertas de musgo y una habitación helada y lóbrega, con la cabeza enterrada entre libros y cuadernos, porque quería llenarme la mente, atiborrarla de datos, bloquear sus salidas con recién aprendidas palabras y sepultar los recuerdos bajo gerundios y participios y citas de Shakespeare, para no pensar en lo que dejaba atrás.


Beatriz y los cuerpos celestes.

lunes, 20 de abril de 2009


Incluso en la oscuridad


se veía luz, como la que siempre

hay sobre la nieve;

y parecía que las ráfagas

de nieve y los cendales

de niebla adoptaran la forma

de mujeres con largos vestidos flotantes.


Bienvenid@s