domingo, 22 de noviembre de 2009

Ahora durante la comida, no sé porqué ha salido el tema del Orgullo Gay pasado, de, como siempre, lo bien que me lo pasé y disfruté, este año, el primero al que acudía mi hermana pequeña.

Mi hermana: ¿Y qué pasaría si yo o Laura fuésemos lesbianas?
Mamá: Lo aceptaría, pero no me gustaría.
Yo: ¡Mama! Con esos ideales rojos de los que presumes.
Mamá: Sí, pero entiéndeme que yo crecí en una época donde no estaba bien visto.
Yo: ¿Y tú papá?
Papá: ¡Os echaría de casa!
dice en tono guasón pero sin saber cuánta verdad podría haber en sus palabras.

Y se me han quitado las ganas de seguir comiendo.

2 comentarios:

Estela Rengel dijo...

Aaaaaaayyy, los padres... No sé si leiste la entrada en la que conté cómo le dije yo a mi madre lo mío. La verdad es que ya había hecho alguna insinuación y se lo podría oler. Se lo tomó muy bien y me dijo que ahí ella no podía meterse y que si yo soy feliz, que eso es lo que importa. Además ya ha conocido también a mi chica y le pareció muy guapa, se cayeron bien y se mandan recuerdos de vez en cuando. La verdad, de mi madre me esperaba que hubiera actuado así, por ser también muy roja y liberal para la mayoría de las cosas, muy hippie y transgresora en su época.

Pero los papis... Ayayay, qué miedo que dan... Con temas como el del Orgullo me ha saltado alguna vez que "qué tienes tú con los gays que los defiendes tanto...". Y otras veces dice cosas que los aprueba y me quedo to loca porque no sé por dónde cogerlo. Así que de "lo mío", nanai por el momento...

Y sí, con estas cosas se le quitan a una las ganas de comer y las ganas de todo...

Un beso.

Ainhoa P. dijo...

Muchos padres dicen permitirlo y estar muy deacuerdo con eso, luego si son ellos a los que sus hijos les pasa eso, ya no estan tan de acuerdo.

Un beso, animo.